Alerta para cinéfilos: Los premios Goya se acercan a la Universidad
Nuria Villar
Los premios Goya están a la vuelta de la esquina. Como cinéfilo, no puedes perderte
los detalles de algunas de las películas más importantes del cine español actual, por lo
que el Vicerrectorado de cultura de la Universidad Carlos III ha desarrollado la
actividad "Un regreso de cine", con la proyección de seis películas nominadas a los
Goya (con catorce nominaciones en total) y una serie de coloquios con algunos
miembros de los equipos de producción de esas películas. Este ciclo se ha
desarrollado durante las últimas dos semanas; así que, si te lo has perdido, pero
quieres estar al día, aquí te dejamos todo lo que debes saber sobre las cintas
proyectadas. Luces, cámara, ¡acción!

El ciclo arrancó el lunes 29 de enero con la aclamada cinta de animación "Robot
Dreams", dirigida por Pablo Berger y nominada a 4 premios Goya y el Oscar a la mejor
película de animación. La película sigue a una pareja de amigos algo peculiar; un
perro solitario y urbanita compra un robot como animal de compañía, convirtiéndose
en su mayor apoyo vital. La proyección afloró risas y pequeños sollozos entre los
espectadores; mediante una animación muy detallada y una historia conmovedora que
algunos calificaron de "redonda". Además, tuvimos la oportunidad de escuchar las
aportaciones de Pablo Berger y Fernando Franco (montador del filme) en el coloquio
posterior a la proyección, en el que comentaron la relación de la película con la novela
gráfica homónima en la que está basada (realizada por Sara Varon en 2007); el gran
reto que supuso para el equipo el paso de los trabajos de imagen real a la animación;
o cómo el director pudo hacer de la historia ajena algo propio, utilizando para ello un
leitmotiv como es la canción "September", de Earth, Wind & Fire. Y es que al director
no se le olvidó mencionar la gran importancia de la música en la película, que se
convierte en el lenguaje principal al no haber diálogos en ella. En definitiva, una
historia de amistad, soledad, nostalgia y sueños que ha merecido cada minuto de los
cinco años de trabajo que tiene detrás.
Ese martes se proyectó la película documental "Esta ambición desmedida", conocida
por narrar la historia de genialidad, hostilidad y soberbia de C. Tangana, "El
Madrileño", tras el gran éxito de su música a nivel nacional e internacional. El
documental, que está nominado a mejor filme en esa misma categoría, utiliza una
forma innovadora de mostrar los escenarios por los que el artista se mueve, las
personas con las que trata, sus ensayos, su genio, sus concepciones del arte y cómo
augura que será su futuro artístico, en una lucha por sacar adelante una gira de
conciertos. El tono folclórico pero fresco que toma la película hace parecer que se
haya transformado su música en imagen, continuando con la estética vanguardista del
artista. Sin duda, es una película que disfrutarán tanto sus seguidores como los que no
lo son.
El miércoles 31 se propuso el pase de dos películas documentales; una de ellas,
Herederas (de Silvia Venegas), aparece en la categoría de cortometraje; y la otra,
Contigo, contigo y sin mí (dirigido y vivido por Amaya Villar) en la de largometraje
documental. Ambas películas se presentan, cada una a su manera, como una
reivindicación más de la lucha de las mujeres por romper las barreras impuestas por la sociedad patriarcal; la primera de ellas presentándose como una lucha conjunta entre
mujeres, y la segunda, explorando la parte más íntima e individual que supone la
búsqueda del amor propio y la identidad de cada una de nosotras. El caso de
Herederas hace un recorrido por las figuras más importantes que convirtieron el voto
femenino en una realidad en Europa, equiparando las manifestaciones de inicios del
siglo XX con las llevadas a cabo en la actualidad durante el 8M. En él, se consigue
demostrar todas las barreras que el movimiento feminista ha superado en los últimos
años, pero también reivindicar lo que todavía queda por conseguir. En Contigo, contigo
y sin mí, Amaya Villar recupera más de 480 horas de vídeos brutos grabados por ella
misma a lo largo de los últimos 20 años de su vida, para narrar, haciendo gala de unas
llamativas habilidades en el montaje, su camino hacia el amor propio y la
independencia con respecto a los hombres. La sinceridad y autenticidad de una obra
que documenta toda una vida es de aplaudir, y así se hará en la gala de los premios
Goya el próximo 10 de febrero. Tras la proyección, ambas directoras charlaron con los
espectadores sobre el enorme esfuerzo que supuso llevar a cabo estos documentales
y la gran alegría que sienten ahora que están nominadas a los mayores premios del
cine español.
La última proyección de la semana ("Un amor") se produjo el viernes 2 de febrero,
cuando pudimos conocer a Sandra Hermida, una de las productoras de grandes
figuras del cine español como J.A. Bayona ("La sociedad de la nieve") o Isabel Coixet,
autora de la película que se prestaba al coloquio. "Un amor", cinta grabada en seis
semanas en formato 4:3 (un pelín más reducido de lo habitual) narra la historia de Nat,
una traductora que se marcha a un pequeño pueblo de La Rioja a vivir por su cuenta,
sin conocer el daño psicológico que esto podrá causarle. Nat, encarnada por la
laureada Laia Costa, trata de escapar de una vida agobiante en la ciudad y se
encuentra con la presión social y económica que supone su llegada al pueblo,
viéndose obligada a aceptar un trato que le hará encontrar "el amor". En el filme,
Coixet consigue adaptar la novela dramática del mismo nombre escrita por Sara Mesa
dándole vida tanto a la historia, como a la industria cinematográfica de La Rioja. Con
un reparto más que conocido, la película opta a siete estatuillas en los Goya, y es
seguro que, por su crudeza y dramatismo, no pasará desapercibida. Durante el
coloquio, Sandra Hermida constató que todos los escenarios utilizados en la película
son reales, aseguró que Isabel Coixet filmó únicamente lo justo y necesario para no
sobreexplotar los recursos de los que disponía, y explicó que los intérpretes
principales ya venían escogidos desde la sala de guion; es una historia hecha a
medida. Aunque fiel al libro, la película toma algunas licencias creativas que se
traducen en la representación de ciertas problemáticas sociales (algo característico del
estilo de la directora), y en un final alternativo al esperado. Otro ejemplo más de cine
hecho por mujeres que no te dejará indiferente.
El ciclo cerró el miércoles 7 de febrero con la proyección de "Dispararon al pianista", la
segunda película de animación dirigida por Fernando Trueba y Javier Mariscal. Esta
cinta, que Trueba define como película documental, animada, política, verdadera y
ficticia; trata de abolir los géneros cinematográficos mediante la narración de una
historia real, pero adornada. En ella se cuenta el viaje de Jeff, escritor de artículos de
jazz, que comienza a interesarse por la desconocida figura del pianista brasileño
Tenório Junior, y por su desaparición en 1976, coincidiendo con el revuelo político de
las dictaduras sudamericanas de la época. Así, Trueba se apoya en el personaje de
Jeff para contar su propia historia, documentando parte de las entrevistas que él
mismo realizó allá por 2005, 2006 y 2007 a personas del entorno de Tenório, y
permitiéndose así conocer en profundidad la vida cultural, musical y social que se sucedía en la Sudamérica de antes y después del Plan Cóndor. Detrás de las partes
ficticias del filme, Trueba y Mariscal consiguen representar una realidad emotiva,
vibrante, políglota y muy sonora que construye un enorme homenaje a la música y los
músicos de aquella época y lugar. Sin duda, contar con las aportaciones del director
fue un gran privilegio para todos aquellos que asistimos a la proyección, pues así
conseguimos comprender más a fondo dónde queda dibujada la fina línea entre
realidad y ficción en la película, cuáles son algunos de los guiños que Mariscal incluyó
en la animación y cómo recibieron esta película en países tan implicados en la historia
como Brasil, donde fue aceptada con gran cariño y orgullo. Ante la pregunta, "¿y por
qué de animación?", Trueba nos responde que, tras el proyecto "Chico y Rita", también
con Mariscal, sopesó la idea de convertir todos los testimonios que había recogido
hacía ya 15 años en una animación que le permitiese jugar con el pasado, y
representar todo aquello de lo que no hay imágenes, sino únicamente palabras. Con
sus colores, diálogos y melodías, no hay duda de que ambos directores han
conseguido dejar un legado que, de otro modo, podía haber caído en el olvido.
Llegados a este punto, se debe cerrar el telón. Como todo el resto de asistentes al
ciclo, agradecemos y recalcamos la importancia de organizar eventos que apoyen a la
cultura, a los creadores y al cine en el ámbito universitario y local. Todo ello, como dice
Trueba, "está hecho con el corazón". Y tú, cinéfilo, que te has perdido esta
oportunidad, asegúrate de hacer un hueco en tu agenda para la próxima.